Islas de Cabo Verde

Vacaciones en Cabo Verde: donde el tiempo se detiene… y os volvéis a encontrar Hay viajes que se planean… y otros que se sienten. Este es de los segundos. Porque no es solo un destino. Es una oportunidad. Un regalo que os merecéis tú y tu hijo.  Cabo Verde es ese rincón del mundo donde el tiempo deja de importar. Donde las preocupaciones se disuelven con la espuma del mar y cada día empieza con una sonrisa. Es un paraíso perdido en el Atlántico, sí, pero también es el lugar perfecto para reencontraros, para vivir momentos auténticos, para crear recuerdos que se quedarán con vosotros para siempre. Hemos preparado esta experiencia pensando en ti, que lideras tu familia con amor y valentía. Sabemos que viajar con tu hijo es mucho más que unas vacaciones: es compartir, descubrir, reír, volver a jugar.

En este viaje, descubriréis Sal y Boa Vista, dos islas que parecen sacadas de un sueño. Sus paisajes volcánicos, sus playas de arena fina y su gente amable os harán sentiros en casa desde el primer instante. Y lo mejor es que todo está pensado para que solo os preocupéis de una cosa: disfrutar. Desde el momento en que subáis al avión directo con Iberojet, sin escalas ni esperas innecesarias, todo fluirá. Al llegar, un traslado privado os llevará cómodamente hasta vuestro alojamiento, elegido especialmente para que podáis descansar, relajaros y sentiros cuidados. Porque cada familia es diferente, y aquí encontraréis opciones que se adaptan a la vuestra. Y sí, el visado y el seguro también están incluidos. Porque sabemos que cuando viajas solo con tu hijo, necesitas que todo esté bajo control. Que puedas confiar. Que puedas desconectar de verdad. En viajacontuhijo, cuidamos cada detalle para que tú solo tengas que vivirlo. Para que cada puesta de sol, cada paseo por la orilla, cada carcajada espontánea… se convierta en parte de vuestra historia. 

Sal y Boa Vista: dos islas, mil emociones por compartir con tu hijo Viajar con tu hijo no es solo hacer turismo. Es vivir momentos que os unen, descubrir juntos, reír, sorprenderse. Y en Cabo Verde, esa magia se multiplica. Porque Sal y Boa Vista no son solo nombres bonitos: son dos joyas del Atlántico que parecen sacadas de un cuento, donde el tiempo se diluye entre paisajes increíbles, naturaleza pura y una calma que os envuelve desde que ponéis un pie en ellas.

Sal: la isla de la luz, la sal… y las sonrisas Sal brilla. Literalmente. Su arena blanca, su mar turquesa y su cielo despejado crean una postal continua. Pero lo más bonito es vivirla con tu hijo. Desde el primer día, sentiréis que la isla os abraza con su alegría. Su nombre viene de las antiguas salinas, y visitar las de Pedra de Lume será una experiencia que no olvidaréis jamás: están dentro del cráter de un volcán extinguido, y el agua es tan salada que podréis flotar sin esfuerzo. Tus hijos alucinarán. Y tú también. Os sentiréis como astronautas en gravedad cero. Una historia que contaréis muchas veces, seguro. Muy cerca está el "Olho Azul", una cueva natural donde el agua se tiñe de azul eléctrico cuando el sol la atraviesa. Es uno de esos momentos que parecen sacados de una película. Y hablando de escenas de película, no podéis dejar de pasear por Santa María: casas de colores, niños jugando en la arena, pescadores que llegan al muelle al atardecer… Todo transmite una energía especial. Aquí, chapotear juntos en la orilla o simplemente tumbarse a ver el mar ya es un plan perfecto. Pero si lo vuestro es la aventura, preparaos para embarcaros en un catamarán para avistar delfines. Verlos saltar junto al barco es pura emoción. Y si tu hijo quiere probar algo nuevo, Sal es uno de los mejores lugares para iniciarse en windsurf o kitesurf: hay escuelas que enseñan a todos los niveles, incluso para peques. Quién sabe, quizá descubráis una nueva pasión.

Boa Vista: naturaleza salvaje y aventuras que os harán sentir exploradores Si Sal es alegría y color, Boa Vista es tierra virgen, esencia pura. Aquí, la naturaleza se presenta sin filtros: kilómetros de playas casi vacías, el sonido del viento, del mar, y algún que otro cabrito que os cruzáis por el camino. Todo es más auténtico, más salvaje… y perfecto para vivir aventuras en familia. Una de ellas os espera en el Desierto de Viana, una extensión de dunas doradas que parece sacada del mismísimo Sáhara. Subid a un 4x4 y recorredlo a vuestro ritmo. Tu hijo lo va a flipar corriendo entre dunas, dejando huellas en la arena, jugando a ser un explorador del desierto. Y si queréis una historia con misterio, acercaos al naufragio del Cabo Santa María: un viejo barco encallado desde los años 60 que se ha convertido en parte del paisaje y en el comienzo de mil aventuras imaginadas. Los niños inventarán sus propias historias de piratas, tesoros y mares embravecidos. Y tú, mientras tanto, mirarás ese horizonte infinito con una paz difícil de explicar. ¿Te das cuenta? Cabo Verde no es solo un destino para descansar. Es un lugar para reconectar con tu hijo, para crear historias que solo tienen sentido si se viven juntos. Y en viajacontuhijo, lo hacemos posible.

Ver a una tortuga marina salir del mar bajo la luna, escarbar la arena y depositar sus huevos es uno de ellos. Si viajas en temporada, tú y tu hijo podréis presenciar este milagro natural. Silencio, emoción, respeto. Una experiencia que os conecta con la vida y que difícilmente olvidaréis. Las excursiones, guiadas por expertos locales, están pensadas para proteger el entorno… y para emocionaros. Pero Boa Vista no es solo calma. Es también aventura. Podéis subiros a un buggy y recorrer pistas de arena dorada, atravesar paisajes donde el tiempo parece haberse detenido y visitar pequeñas aldeas criollas que os recibirán con sonrisas cálidas y ritmos pausados. Aquí, cada rincón es una historia, cada mirada, una bienvenida. Y cuando el cuerpo os pida parar, solo tenéis que buscar la playa más cercana. Porque en Boa Vista, cualquier lugar junto al mar es perfecto para tumbarse, jugar con la arena o ver cómo el sol convierte el cielo en una acuarela de colores mientras tu hijo corre por la orilla.

Cabo Verde en familia: un destino pensado para vosotros Tanto Sal como Boa Vista están preparadas para que viajar con niños sea cómodo, fácil y sobre todo, disfrutable.  Los hoteles cuentan con habitaciones familiares, piscinas infantiles, actividades pensadas para todas las edades, menús adaptados y un ambiente acogedor que hace que tanto tú como tu hijo os sintáis como en casa desde el primer día. Y si hay algo que distingue a Cabo Verde es su gente. Aquí, los niños son bienvenidos en todas partes. Te lo demostrarán con una sonrisa, con un gesto amable, con una conversación improvisada en un mercado local. Aquí descubriréis juntos nuevos sabores: papaya, mango, tamarindo, y la cachupa, el plato típico que condensa toda la historia del país en un solo bocado. ¿Qué hace a Cabo Verde tan especial? Que no es un lugar… es muchos en uno. Portugués, criollo, francés, inglés. África, Europa, Caribe.  Montaña, mar, arena, ritmo Es una fusión de culturas que se siente. Y sobre todo, se vive. Y en el centro de todo, está la morabeza, una palabra imposible de traducir del todo, pero que lo dice todo: esa forma de ser amable, sin prisas, sin agobios, con los pies descalzos y el alma ligera.

Cabo Verde es más que un destino. Es una vivencia que transforma Este no es un viaje cualquiera. Es una experiencia diseñada para que tú y tu hijo disfrutéis de verdad, sin preocupaciones, sin estrés. Desde el primer momento, todo está pensado para que solo tengas que concentrarte en lo importante: vivir, compartir y crear recuerdos juntos. Voláis en un cómodo vuelo directo con Iberojet, sin escalas, sin esperas interminables. Al aterrizar, os estarán esperando los traslados privados que os llevarán a vuestro alojamiento elegido, con opciones para todos los gustos y necesidades. Ya sea junto al mar, con vistas, en ambiente relajado o con actividades para niños… hay un espacio ideal para vosotros. El visado está incluido. Y también el seguro de viaje, para que tengas esa tranquilidad extra que tanto valoramos cuando viajamos solos con nuestros hijos. Porque sí: cuando tú estás en paz, ellos también lo están.

Viajar con tu hijo a Cabo Verde es mucho más que unas vacaciones al sol. Es ver cómo corre descalzo por la arena, cómo flota por primera vez en aguas saladas, cómo se emociona al ver un delfín o una tortuga marina. Es volver a reíros juntos sin distracciones. Es sentir que, por fin, tenéis tiempo de verdad el uno para el otro. Y cuando llegue el momento de regresar, te darás cuenta de que este viaje os ha dejado algo más que fotos. Se vendrá con vosotros en forma de historias compartidas, abrazos espontáneos, miradas cómplices. 

¿Preparado para descubrir este paraíso con tu hijo?  Cabo Verde os espera con los brazos abiertos. Con su luz, su calma, su morabeza. Y con la certeza de que, en este rincón del mundo, todo lo que importa vuelve a brillar.